BIOFILIA
Por
muy citadinos que nos sintamos, siempre guardamos un lugar en nuestro corazón
para los increíbles paisajes que el ambiente nos ofrece. Incluso
nos atrevemos a pagar para adquirir un poco de belleza natural en un recipiente
de barro o plástico.
Por
qué terminamos admirando lo verde? Por qué nos resistimos a la poda de un árbol
o al maltrato de un perro? O por qué nos disgusta cuando un terreno pasa a
convertirse en edificios?
Hay
muchas respuestas para esas preguntas, he incluso habrá quién piense en los
casos contrarios, es decir, todo aquellos que más bien eligen quitar un árbol
de su acera o pavimentar un lugar con pasto. Lo cierto es que la gran mayoría
simpatizamos con las plantas y los animales y no sólo porque forman parte de
nuestro ambiente.
También se ha encontrado que vincularnos con otros animales no humanos
(recuerden que todos somos animales!!) brinda beneficios como el servir de
soporte emocional, brinda seguridad, mejora la autoestima y ayuda a la
recuperación física y mental, por ejemplo, algunas prácticas no farmacológicas
como la equinoterapia han tenido éxito.
Así que, si un día de estos sientes ganas de abrazar y cuidar un árbol, ya
sabes que puede haber de trasfondo una predisposición genética a hacerlo.
Referencias:
Páramo, P. & Mejía, M. A. (2004). Los parques urbanos como oportunidades para la interacción de los niños con los animales. Revista Latinoamericana de Psicología, 36(1), 73-84.
Referencias:
Páramo, P. & Mejía, M. A. (2004). Los parques urbanos como oportunidades para la interacción de los niños con los animales. Revista Latinoamericana de Psicología, 36(1), 73-84.
No hay comentarios:
Publicar un comentario